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Autismo

01.11.2010 18:46

El trastorno autista, a veces llamado autismo o ASD clásico, es la forma más grave de ASD, mientras que otras afecciones a lo largo del espectro incluyen una forma más leve conocida como síndrome de Asperger, una afección rara llamada síndrome de Rett, el trastorno de desintegración infantil y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado.  Aunque ASD varía significativamente en carácter y gravedad, se produce en todos los grupos étnicos y  socioeconómicos y afecta a todos los grupos etarios.  Los expertos calculan que tres de cada seis niños de cada 1,000 sufrirán de ASD.  Los varones tienen cuatro veces más probabilidades de tener ASD que las mujeres.

 

La terapia del niño autista reposa en la constante combinación de dos aspectos: la psicoterapia, que permite el tratamiento global del trastorno, y el aprendizaje, motor del desarrollo intelectual del niño;

  • En una primera fase, la terapia se centra en una relación individualizada. El terapeuta realiza un contacto epidérmico (caricias, presiones), con el fin de romper el bloqueo inicial y de provocar en el niño una toma de conciencia de sí mismo.
  • En una segunda fase, se integra al niño en un grupo terapéutico adecuado a sus evoluciones sensorial y motriz, a su lenguaje y a su potencial intelectual. La estimulación programada de todos los sentidos es básica. Debido al gran temor a las distintas posiciones espaciales, deben variarse gradualmente las posiciones, ejes y planos.
  • En una tercera fase, aparece la integración en las escuelas normales. En los casos en que sea aconsejable, debe realizarse de modo gradual y simultaneada con la terapia anterior. El maestro se convertirá, como antes el terapeuta, en la figura normativa que da seguridad y equilibrio al mundo caótico del niño autista.

¿Como diagnosticar el autismo?

  • no balbucear o señalar al año de edad
  • no pronunciar palabras únicas a los 16 meses o frases de dos palabras a los 2 años de edad
  • no responder a su nombre
  • pérdida del lenguaje o las habilidades sociales
  • contacto visual inadecuado
  • alineamiento excesivo de juguetes u objetos
  • no sonreír o mostrar receptividad social.

Los indicadores tardíos incluyen:

  • capacidad limitada para establecer amistades con pares
  • capacidad limitada para iniciar o sostener una conversación con otros
  • ausencia o deterioro del juego imaginativo y social
  • uso estereotípico, repetitivo o inusual del lenguaje
  • patrones de interés restringidos que son anormales en intensidad o enfoque
  • preocupación por ciertos objetos o sujetos
  • adherencia inflexible a rutinas o rituales específicos.

 

Marycarmen Coronado

marycarmen_c12@hotmail.com

 

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